lunes, 27 de mayo de 2013



La clasificación de las vitaminas se hace según su solubilidad. Las que se disuelven en agua son las vitaminas hidrosolubles y las que se disuelven en lípidos, disolventes organicos, grasas y aceites, son las vitaminas liposolubles.
Las vitaminas se clasifican de acuerdo con su solubilidad: Las solubles en grasa y las solubles en agua. Las vitaminas liposolubles incluyen las vitaminas A, D, E y K, mientras que las vitaminas solubles en agua incluyen las vitamina C o ácido ascórbico y las vitaminas del complejo B que incluyen tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, cobalamina, ácido pantoténico y fólico y biotina.

Clasificación de las vitaminas hidrosolubles

Las vitaminas solubles en agua se deben consumir diariamente, ya que no se almacenan y se excretan en la orina. Las vitaminas hidrosolubles son inestables debido a que se disuelven fácilmente cuando se cocinan los alimentos. Debido a esta naturaleza inestable de las vitaminas, el uso de vitaminas sintéticas a veces se recomienda para asegurar una ingesta adecuada de las vitaminas hidrosolubles. Las deficiencias vitamínicas normalmente surgen en las vitaminas solubles en agua.
En las vitaminas hidrosolubles podemos incluir a las vitaminas C o ácido ascórbico y el complejo B que incluyen tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, cobalamina, ácido pantoténico y fólico, y biotina.

Clasificación de las vitaminas liposolubles

Las vitaminas solubles en grasa o vitaminas A, D, E y K son solubles en un medio graso. Las vitaminas liposolubles pueden ser almacenadas en el cuerpo. Por lo tanto, no hay necesidad de un consumo diario a diferencia de las materias solubles en agua que no se almacenan. Las vitaminas liposolubles no se disuelven fácilmente cuando se cocinan los alimentos, por lo tanto, son estables.




Clasificación de los minerales

Los minerales se pueden clasificar siguiendo distintos criterios: su composición química, las semejanzas en las propiedades físicas, e incluso el origen; es decir, las condiciones en las que se formaron.
Según este último criterio, podemos agrupar los minerales en sedimentarios (que se forman por acumulación y transformación de sedimentos o por evaporación), magmáticos (formados por solidificación y cristalización de material fundido del interior terrestre) y metamórficos (se originan por alteración de minerales preexistentes, bajo condiciones de incremento de presión y/o temperatura, sin modificar su composición química).

De acuerdo con el criterio de la composición, los minerales constituyen un sistema de doce clases químicas o categorías. Las más importantes, por su abundancia o por sus aplicaciones, son las de los elementos nativos, sulfuros, haluros, óxidos, carbonatos, sulfatos y silicatos.
Las clases de minerales más importantes
ELEMENTOS NATIVOS
Formados por átomos de un solo elemento. En su mayoría son metales (hierro, cobre, plata, oro, etc.). Otros elementos nativos son no metálicos (azufre, grafito, diamante, etc.).
SULFUROS
Formados por la combinación de azufre con uno o varios metales. La pirita es sulfuro de hierro y la galena sulfuro de plomo; de ellos se obtienen estos minerales.
HALUROS
Compuestos que contienen cloro, bromo, iodo o flúor. Son sustancias similares a la sal común; se forman por la evaporación de aguas o por los depósitos de fumarolas volcánicas.
ÓXIDOS
Compuestos por diversos elementos combinados con oxígeno. Algunos tienen interés industrial. Otros destacan como gemas por su aspecto vistoso.
CARBONATOS
En su composición interviene el ion carbonato, (CO3)2-. Algunos tienen importantes aplicaciones industriales.
SULFATOS
Elementos combinados con el ion sulfato, (SO4)2-. Agrupan a bastantes especies minerales formadas, básicamente, por alteración de minerales metálicos. También sobresalen por su aplicación industrial.
SILICATOS
Formados por silicio y oxígeno, que son los elementos más abundantes en la corteza terrestre. Ejemplos: cuarzo, olivino, granate, biotita, moscovita, ortosa, turmalina, berilo...